De infarto en 6:59

Ayer en el Bernabeu vimos unos de los peores 80 minutos de toda la temporada, pero los últimos 10 nos tenían preparado un guión maquiavélico, de locura que transformaron el partido por completo.

Pero vamos por partes. El Real Madrid salía al campo con Robben en el banquillo, al que sustituyó discretamente Van Der Vaart, y sin Lass, sancionado. El Getafe pronto dio un susto al Real Madrid tras una gran ocasión de Roberto Soldado. El exmadridista se resarció pocos minutos después con un gran cabezazo que instalaba el 0-1. A partir de ahí nada del Madrid y tímidos acercamientos del Getafe. Sin que pasara nada se llegaba al minuto 45 en el que Higuaín tras un fallo de Cata Díaz se colaba entre la defensa azulona y marcaba con un manso tiro casi a puerta vacía. El argentino salvó al equipo de una gran pitada al descanso.

En la segunda parte como no podía ser de otra manera, el Madrid fue a por el partido. Juande sacó al campo a Robben en lugar de su compatriota Van der Vaart. El extremo holandés enseguida enchufó a la grada con un par de acciones de las suyas. Los merengues se volcaron al ataque y disfrutaron de varias ocasiones claras para marcar el segundo tanto, las más claras en las botas de Huntelaar e Higuaín, pero el meta del Getafe, Stoikjovic supo adivinar las intenciones de los delanteros blancos. Los merengues se vinieron abajo en su empuje tras la enésima lesión de Robben. En el minuto 82 tras un ataque del Madrid, el Getafe montó una vertiginosa contra que con la complacencia de la defensa local, se tradujo en el gol de Albín. Parecía que se iba a repetir el guión del año pasado cuando el Getafe ganó 0-1 con un gol en los últimos minutos. Pero no.

Rondando el minuto 45 a los blancos, el Getafe cometió una falta a unos 5 metros del área. Guti agarró el balón y como ya hizo frente al Espanyol, lo colocó en la misma escuadra. Ahora más que nunca los blancos creían en la remontada. El estadio era una caldera. El equipo se contagió de ese fervor y se lanzó al ataque sin cabeza. Pues bien volvió a suceder lo mismo, tras otra contra Casquero se plantaba mano a mano con Casillas y cuando iba a disparar, Pepe le desequilibró con un empujón en la espalda y el árbitro señalo el punto de penalti. El defensa madridista no contento con el empujón, le dio dos salvajes patadas a Casquero y un improcedente puñetazo a Albín. El Madrid se quedaba con 10 y con un penalti en contra que Casquero se disponía a lanzar. Todos esperábamos un tiro seco y fuerte. Pero no fue así. El azulón intentó emular a Panenka pero el desenlace no fue el mismo que en la Eurocopa del 76. Privó a su equipo de ganar en el Bernabeu por un lanzamiento absurdo e innecesario. Fue casi de chiste. Casillas atrapaba el balón sin problemas y los locales montaban una nueva contra. Higuaín cogió el cuero en línea de banda desbordó y lanzó un centro que se paseó por el área getafense sin que ningún jugador blanco pudiera empujarlas. En el minuto 93 otra vez Higuaín quien sino, recogió el balón en el centro del campo hizo un quibro a Cata, llegó al borde del área y soltó un tremendo zurdazo que se colaba inevitablemente por la escuadra. El argentino se convirtió así en el héroe blanco (una vez más) y daba los tres puntos a su equipo. Tampoco me quiero olvidar de Guti porque sin su golazo no hubiera existido la remontada.